En el acto participaron el Alcalde Omar Vera, la directora ejecutiva del Programa Gaby Castro, el concejal Manuel Meza, la directora Gestión Social Claudia Robledo, padres, apoderados y niños que participaron del programa En la escuela movilizadores portuarios se desarrollo el cierre del programa Pro Niño que beneficio a 250 estudiantes de este establecimiento, con programas destinados a inversiones en calidad educativa, trabajo con los docentes y talleres educativos con los niños, Pero no ajeno a estos estuvieron los padres ya que para ellos estuvo contempladas visitas domiciliarias y talleres socios educativos de prevención del trabajo infantil, lo que fue destacado por los profesionales de Pro Niños, el compromiso de los padres en permitirles llegar hasta sus hogares. Gaby Castro Director ejecutiva Pro Niño, señalo que este es un “programa de inversión social de fundación Telefónica que desde el año 2001 esta trabajando en colaboración con el consejo de defensa del niño, para contribuir a la erradicación del trabajo infantil en escuelas municipales”. Declaro Gaby Castro Por su parte la directora de Gestión Social Claudia Robledo, destaco que “sea visto reflejado el trabajo de la intervención psicosocial educacional brindan grandes resultados, ya son 5 años de trabajo y esperamos seguir contando con ellos”. Señalo Robledo. Por su parte el Alcalde Omar Vera, se mostró con sentimientos encontrados, por el hecho de tener que cerrar sus actividades en el establecimiento Movilizadores Portuarios “digo con sentimientos encontrados porque es una pena que este cerrando sus actividades, pero también una alegría de haber trabajado en apoyar la formación y la educación de nuestros alumnos”. Destacar que el más reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), publicado en 2013, estima en 168 millones los niños en el mundo que se encuentran en situación de trabajo infantil, una cifra que ronda el 11 por ciento del conjunto de la población infantil. De esa cifra, casi 18 millones de menores se encuentran en América Latina y Caribe, de los cuales más de 9,5 millones realizan trabajos considerados como peligrosos.